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Mi nombre es Sergi, soy voluntario desde hace 31 años de servicios de socorros, emergencias y servicios preventivos en Cruz Roja; de los que vamos en las ambulancias. Las he visto de todos los colores y formas, pero cómo el Coronavirus, ninguna.

A pesar de las recomendaciones que todo el mundo entiende, nuestro espíritu de voluntariado nos impide quedarnos en casa cuando fuera hay personas que lo están pasando peor que uno mismo. Pero como en Cruz Roja nos motiva hacer aquellas actividades que no están cubiertas por la sociedad y, por suerte, los servicios con ambulancia están dejando de ser una necesidad no cubierta, todos los voluntarios que venimos del área de socorros y emergencias nos estamos reinventado al ámbito social. Más ahora que hay una emergencia y hay gente que necesita socorro.

Sin embargo, hay personas que viven en nuestras ciudades, en nuestros pueblos, que no pueden quedarse en casa. Mas que nada porque no tienen casa, no tienen hogar dónde confinarse durante el estado de alarma, no tienen sitio para poder protegerse del COVID-19.

De modo que gracias y con coordinación con las administraciones locales, hemos habilitado un espacio público con duchas, cocina, habitaciones amplias, calefacción, espacios abiertos al aire libre y cerrados por si el tiempo no acompaña, para que todas las personas que no pueden quedarse en casa, ahora sí puedan hacerlo. Y en solo 3 días, el equipo de técnicos y voluntarios de nuestra sede local, ha habilitado con muchísimo esfuerzo éste espacio para acoger a todas aquellas personas sin hogar que quieran, como tu o como yo, tener un sitio dónde estar para no contagiarse y, sobre todo, no contagiar a los demás por la calle. En solo 3 días hemos habilitado 30 camas, 4 comidas al día dos de las cuales son calientes, y ya, 17 hombres y mujeres se refugian del maldito Coronavirus en nuestro albergue, su albergue. Van llegando poco a poco. Pero no todas las personas que vienen se quedan: como a ti como a mí, no les gusta estar confinados y, a pesar de “vender” el espacio lo mejor que podemos para que se queden, a pesar de intentar concienciarlas de la importancia del confinamiento para su seguridad y la de los demás, alguna no se quiere quedar. Te cuentan sus atropelladas vidas para justificar su decisión e incluso alguna, a pesar de que nos reproche que “cuando terminemos nuestro turno aquí, nos iremos a nuestras casas con cama y comida caliente”, nosotros seguiremos estando a su lado para que, si algún día cambia de opinión, tenga unas manos, un corazón y una Cruz que la acoja. La Cruz Roja.

Sergi Humbert
Spanish Red Cross
April 7, 2020