¿Cuál ha sido tu experiencia de voluntariado en Covid-19? Cuéntanos tu historia
El día 13 de febrero, cuando en España aún sentíamos lejana la epidemia, y no éramos conscientes de que pudiéramos vernos en esta situación. Yo tenía la suerte de volar en dirección a Guinea Bissau con un grupo de cooperantes, dentistas en su mayoría, con los que compartí una experiencia que me hizo sentir que el mundo es frágil, más de lo que somos capaces de apreciar desde la relativa comodidad de nuestros hogares. Siempre he sido consciente de que existen mundos distintos dentro del mismo planeta, pero ahora lo soy mucho más. La primera semana tras mi vuelta el nudo de sentimientos que tenía en mi interior se manifestaban como un deseo incontrolable de dedicarme ayudar a aquellos que más me necesitaran. Aún era finales de febrero, en las noticias ya se empezábamos a ver que en Italia los problemas cada vez eran mayores, la epidemia ya no era algo lejano. Sin embargo, en este momento no tenía la sensación de que donde más me iban a necesitar era en esos hogares españoles en los que todavía nos sentíamos cómodos y seguros. Y quizá esto sea lo más sorprendente de este brote, en cuestión de días, cuando aún no había sido capaz de adaptarme a la rutina del trabajo, todo cambió. De repente nuestro mundo tranquilo y cómodo se veía amenazado.
A medida que la situación se complicaba, mis primeros esfuerzos se centraron en intentar que mi pequeña clínica no se viera afectada, instaurábamos protocolos a diario, pero en menos de una semana se declaró el estado de emergencia, todo iba demasiado rápido, sin margen de reacción. La rutina ya había cambiado… Estábamos frente a una emergencia sanitaria, y yo me preguntaba cómo podía ayudar. Por supuesto seguir tratando todas las urgencias de carácter odontológico era prioritario. Sin embargo, quería hacer algo más y eso me propuse. Pronto contacte con Cruz Roja, y me distéis la oportunidad.
Me siento agradecido de que en estos momentos en los que nuestro día a día ha cambiado y nuestro cómodo estilo de vida se ha visto tan radicalmente afectado, pueda colaborar con una entidad que siempre está al servicio de los que más sufren. El sentimiento de ser partícipe de un plan de acción frente a la crisis más grande que ha vivido mi generación, me llena de orgullo. Siempre he tenido vocación de servicio a los demás, y seguro que lo seguiré teniendo, pero cuando la vida te muestra su cara más dura te alegras de estar en el sitio correcto.