Una historia de impacto Limitless de Uganda
¡Hola! Me llamo Esther y soy una joven voluntaria de la Cruz Roja de Uganda. Me emociona contarles acerca de nuestro proyecto de innovación que. además de ayudar a las adolescentes de nuestra comunidad, contribuyó a la protección del medio ambiente. He aquí nuestra historia de innovación.
En las zonas marginadas de Uganda, las niñas y adolescentes de edades comprendidas entre los 10 y los 19 años que provienen de familias de bajos ingresos enfrentan un sinnúmero de dificultades relacionadas con la gestión de la higiene menstrual, entre otros, la falta de información, de productos y de servicios, el uso de material antihigiénico, por ejemplo, trapos sucios, papel higiénico, trozos de colchones, mantas o algodón, que ofrecen menor protección y causan mayor incomodidad, que las obligan a ausentarse de la escuela durante unos 4 a 7 días al mes, lo que suma un total de entre 48 y 84 días al año.
Esta circunstancia afecta directamente su rendimiento académico y lleva a que un mayoría de ellas abandone los estudios y quede expuesta a matrimonios y embarazos precoces, abortos e infecciones de transmisión sexual. Las toallas sanitarias desechables son costosas, inaccesibles e insostenibles desde el punto de vista ambiental.
Durante la pandemia de COVID-19 más personas se vieron sumidas en una situación de pobreza y las familias con dificultades económicas no podían sufragar el costo de productos sanitarios para sus hijas, pues la prioridad era la compra de alimentos.
Gracias al apoyo que brindó la Academia Solferino de la Federación Internacional mediante la Academia de Innovación para Jóvenes Limitless, pudimos poner en práctica la idea de fomentar la autonomía de niñas y madres adolescentes enseñándoles las destrezas necesarias para fabricar toallas sanitarias reutilizables.
Las toallas higiénicas reutilizables son innovadoras y únicas en su género, y están fabricadas a mano con tela local que se encuentra fácilmente en el mercado. Tienen tres capas de materiales diferentes, a saber, un material impermeable, un paño suave de algodón y un material de algodón ligero y absorbente, lo que ofrece plena protección y comodidad. Las toallas son suaves, ecológicas, asequibles y no causan picor, además de reducir entre un 75% y un 90% el costo anual de las toallas higiénicas.
Al mismo tiempo, fomentamos la concienciación sobre la salud y la higiene menstruales, la pubertad y la confianza, organizamos redes de colaboración de la Cruz Roja en escuelas y comunidades para brindar información sobre el aparato reproductor y su funcionamiento. Durante una sesión de formación, una de las estudiantes preguntó cómo impedir los períodos menstruales y si los niños también los tenían. Las niñas suelen crecer con conocimientos limitados sobre la menstruación puesto que sus madres y maestros evitan abordar el tema por vergüenza.
Gracias a los comentarios de las beneficiarias, docentes, estudiantes, madres adolescentes y dirigentes comunitarios, nos entusiasma saber que nuestro proyecto ayuda a un sinnúmero de niñas y adolescentes en las escuelas y comunidades.
Hasta ahora, hemos ejecutado el proyecto en ocho escuelas y tres comunidades, y hemos impartido formación a 425 personas, cada una de las cuales logró fabricar con éxito una toalla higiénica reutilizable. Confiamos en acabar con las deficiencias relacionadas con el periodo menstrual mediante la ejecución de nuestro proyecto en distintas regiones de Uganda.