Cruz Roja de Trinidad y Tobago
  La intensidad de los fenómenos naturales en el Caribe se ha visto agudizada en los últimos años. Así, desde 2017, tres huracanes de categoría 5 (Irma, María y Dorian) han causado daños considerables en todas las islas de la región. Estas experiencias y varios estudios recientes han reafirmado la importancia y la necesidad de colaborar con las comunidades en la concienciación y el desarrollo de capacidades en lo que atañe a la preparación para los desastres y la intervención a raíz de estos. Sin embargo, la Cruz Roja de Trinidad y Tobago ha tropezado con sorprendentes dificultades para que las comunidades a las que presta asistencia comprendan la importancia de la preparación para desastres. Ello podría deberse en parte a que cada año ocurren varios fenómenos naturales de menor escala, como huracanes o terremotos, que no causan daños sustanciales. A medida que estos eventos pasan a formar parte de un ciclo reiterado y usual, la población deja de concederles la importancia que merecen. Además, debido a la falta de una sensación de emergencia cuando suceden, la reacción de los habitantes se torna más lenta y, a veces, podría ser incluso demasiado tarde. En consecuencia, las comunidades son sumamente vulnerables a eventos adversos de mayor magnitud en el futuro.

Un entorno seguro para hacer la experiencia de posibles desastres

Para superar este desafío, la Sociedad de la Cruz Roja de Trinidad y Tobago comenzó a experimentar con tecnologías de realidad virtual. Esto condujo, en última instancia, a la creación de un sistema de educación y concienciación basado en la realidad virtual sobre los efectos de los desastres y la importancia de la preparación para casos de desastre. Es una experiencia tridimensional, en la que las personas sienten las sensaciones que sentirían ante una catástrofe natural y, por lo tanto, pueden experimentar las consecuencias de estos fenómenos en un entorno inmersivo seguro y controlado. Al mismo tiempo, reciben apoyo para adquirir conocimientos y competencias sobre cómo actuar en esas circunstancias. Para lograr un mayor efecto y acrecentar las posibilidades de que las personas desarrollen un auténtico interés en prepararse para esos eventos, la Cruz Roja de Trinidad y Tobago elaboró tres «mundos» virtuales, con posibles situaciones de los desastres que el país podría experimentar, y los localizó en algunas de las comunidades más conocidas de Trinidad y Tobago. Uno de ellos es un terremoto de magnitud 8, y otro es un huracán de categoría 5. El tercero es un centro de capacitación para aprender sobre desastres y prepararse para ellos. Para la creación de estos mundos virtuales, la Cruz Roja de Trinidad y Tobago realizó varias consultas con expertos en la materia, incluida la Academia Solferino de la Federación Internacional, diversos diseñadores de estudios de Hollywood e innovadores locales. Fundada en esas consultas con expertos, decidió utilizar la tecnología vigente en el mercado para desarrollar una experiencia de realidad virtual basada en el uso de teléfonos inteligentes, y complementarla con auriculares de realidad virtual, que brindan una experiencia más realista.

Nueva tecnología para complementar la capacitación

Inicialmente, se propuso que el proyecto se aplicara a los jóvenes. Sin embargo, después de su ejecución, se comprobó que esta tecnología también surte un efecto similar en los adultos. Con la financiación del Fondo de la Emperatriz Shôken, la Cruz Roja de Trinidad y Tobago no solo pudo experimentar con esta nueva tecnología, sino que también ha podido llegar a más de dos mil trescientas (2300) personas. Entre octubre de 2020 y agosto de 2021, mil doscientas ochenta y cinco (1285) personas han completado la capacitación virtual y obtenido su certificado. Actualmente, se está elaborando una aplicación móvil basada en la realidad aumentada para educar a los jóvenes de las escuelas y las comunidades en la preparación para casos de desastre. Gracias a esta experiencia, la Cruz Roja de Trinidad y Tobago ha adquirido una mayor comprensión de estas nuevas tecnologías y de cómo utilizarlas para complementar sus procesos de formación.