El panorama mundial es bastante sombrío, con la pandemia, los conflictos prolongados, las consecuencias de la crisis climática, las desigualdades y la polarización cada vez mayores, la intensificación de la violencia de género y el grave deterioro de la salud mental. Además, la crisis en Ucrania ha añadido un componente de incertidumbre, complejidad y desgarrador sufrimiento humano con repercusiones generales.
¿Basta lo que hacemos para preparar el futuro?
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