Al llegar al punto medio de la Estrategia 2030, estamos entrando en una nueva era humanitaria. Una masa compleja de tendencias emergentes está cambiando el mundo que nos rodea y afectando nuestra capacidad de actuar: desde la polarización social y geopolítica hasta los conflictos prolongados que amenazan con expandirse; nuevos desafíos a la protección ofrecida por los Principios Fundamentales, nuevos impulsores del desplazamiento y las tensiones migratorias; hasta el auge de la inteligencia artificial (IA), las armas autónomas y muchos más cambios superpuestos y acelerados.
La Academia Solferino de la FICR ha consultado a más de 4,000 personas en 154 países como parte de una conversación en curso sobre el progreso de la red en la Estrategia 2030 y las prioridades para el futuro. Estas voces, provenientes de voluntarios, personal y líderes de las Sociedades Nacionales de todo el mundo, así como de algunos expertos externos, aportan diferentes perspectivas y brindan ideas sobre lo que deberíamos priorizar en los próximos años. A continuación, te comparto uno de los hallazgos clave emergentes de este proceso hasta ahora.
Navegando crisis complejas
“Todavía estamos operando demasiado a menudo con mentalidades y respuestas fijas, en lugar de reconocer la naturaleza interconectada de los problemas que enfrentamos” – Entrevista a personal, consulta de Estrategia 2030.
Las crisis y emergencias nunca han sido simples o directas, pero existían patrones establecidos y se entendían bien los impactos y las respuestas. Los servicios humanitarios y las instituciones que los brindan fueron diseñados para enfrentar estos desafíos. Pero hoy, en un mundo hiperconectado que enfrenta amenazas globales comunes, así como vulnerabilidades matizadas localmente, las consultas han resaltado una preocupación profundamente arraigada de que los modelos de respuesta existentes no son adecuados y están siendo sometidos a un estrés que podría llevarlos al punto de ruptura a medida que los desencadenantes, impactos y efectos de las crisis convergentes cambian, particularmente en contextos de fragilidad.
Estado actual
Los encuestados priorizaron nuevamente los temas climáticos como el desafío global más urgente, en consonancia con la evaluación original de la Estrategia 2030. Continuaron viendo la salud, los desastres, la migración y los temas de valores, poder e inclusión como una prioridad general. Sin embargo, el desarrollo clave ha sido que están observando más claramente que las necesidades humanitarias son impulsadas por crisis interconectadas que perturban todos los niveles de la sociedad.
“Seamos claros: ya no hay una sola crisis. Cada crisis es en realidad una crisis plural. La vulnerabilidad está tan interconectada.» – Líder de Sociedad Nacional, Asia
En este sistema volátil, los encuestados de la red de la FICR nos dijeron que las fronteras entre un tema y otro son cada vez más difusas; el cambio climático intensifica desastres causados por fenómenos como huracanes, inundaciones e incendios forestales, que, a su vez, exacerban la escasez de recursos, desafían la seguridad hídrica, alimentaria y de salud, y provocan desplazamientos o migraciones masivas [1], por ejemplo. Estas tensiones ambientales pueden entonces encender o empeorar conflictos, desestabilizando regiones y poniendo a prueba los esfuerzos internacionales de paz.
Simultáneamente, las presiones económicas, incluyendo la inflación, el desempleo y las crecientes desigualdades en salud y otras áreas sociales, están agravando estas crisis mientras también se ven afectadas por ellas.
Esta convergencia de tendencias, que se afectan y exacerban mutuamente, está llevando a resultados en constante cambio que a menudo son nuevos o difíciles de prever. Estos nuevos peligros afectan desproporcionadamente a las personas que ya están en riesgo.
Prioridades futuras
«Debemos priorizar cambios sistémicos que empoderen a las comunidades para resistir y recuperarse de múltiples choques. De lo contrario, nos volveremos irrelevantes para lo que es nuestra esencia: la vulnerabilidad humanitaria.» – Líder de Estrategia, Sociedad Nacional
Las Sociedades Nacionales están a la vanguardia de la respuesta a estos desafíos multifacéticos [2]. Para navegar y mitigar eficazmente el impacto de estas crisis sistémicas compuestas y un futuro profundamente incierto, las Sociedades Nacionales están pidiendo cada vez más un cambio de los enfoques tradicionales y aislados hacia estrategias más integradas, holísticas y de cambio sistémico [3].
Pensamiento sistémico: Adoptar el pensamiento sistémico permite una comprensión integral de cómo interactúan los diferentes factores y aumentan la vulnerabilidad humanitaria. El pensamiento sistémico implica identificar las múltiples causas fundamentales y los posibles efectos en cadena de las crisis, lo que permite tomar medidas más proactivas y preventivas. Al mapear las interdependencias y los ciclos de retroalimentación, la red cree que puede diseñar intervenciones que aborden múltiples aspectos de una crisis simultáneamente. La tecnología es un habilitador importante aquí, pero las conexiones comunitarias también son vitales.
«He trabajado en muchos proyectos, pero este fue el primero que analizó la interconexión entre las diferentes áreas. Fue una nueva forma de ver holísticamente nuestra sociedad, observando las conexiones y cómo las cosas se ramifican de un área a todas las demás.» Gerente de Desastres, Sociedad Nacional, África.
Liderazgo sistémico: Según los encuestados, el liderazgo requiere agilidad, innovación y un compromiso con la colaboración. Para lograr un cambio sistémico, los líderes deben fomentar el aprendizaje continuo y la adaptabilidad. Esto significa desarrollar políticas y estrategias que sean flexibles y respondan a la incertidumbre y a un entorno externo en rápida evolución, y que aprovechen la diversidad de socios como actores en una red distribuida. Muchos encuestados piden más espacio para mirar ‘hacia arriba y hacia afuera’ para involucrarse con temas externos, en lugar de ‘hacia abajo y hacia adentro’ en la política y los procesos internos, al dar forma a las prioridades y tomar decisiones:
«Nuestra capacidad para adaptarnos e innovar frente a las crisis complejas de hoy es lo que definirá nuestro éxito como red humanitaria global. El pensamiento sistémico y el liderazgo sistémico no son solo estrategias; son imperativos para construir resiliencia.» – Líder de Sociedad Nacional, Europa.
Alianzas a nivel de todo el sistema: Navegar crisis complejas requiere fuertes vínculos entre diferentes sectores y comunidades. La consulta indica que construir asociaciones con múltiples partes interesadas, como gobiernos, ONG, entidades del sector privado, academia y comunidades locales, mejorará el intercambio de recursos, el intercambio de conocimientos y la acción coordinada. Estas alianzas también fortalecen la resiliencia organizacional al ‘hacer amigos antes de que sean necesarios’.
«La colaboración es nuestra herramienta más poderosa. Solo asociándonos entre sectores y fronteras podemos crear soluciones integrales que no dejen a nadie atrás.» – Líder de Sociedad Nacional, Asia.
Cómo se verá el éxito en 2030
Los participantes continúan viendo los cinco desafíos globales como causantes de importantes desafíos humanitarios y de desarrollo, pero prescriben enfoques mucho más coordinados y sistémicos para interrogarlos y abordarlos, en reconocimiento de su interconexión y complejidad.
- Mecanismos integrados de respuesta y resiliencia: Mecanismos de respuesta integrados que coordinen esfuerzos y compartan conocimientos entre diferentes sectores y regiones. Estos mecanismos facilitarán respuestas rápidas y efectivas ante crisis.
- Redes colaborativas más fuertes: La base de asociaciones sólidas con múltiples partes interesadas será evidente, con actores diversos trabajando juntos hacia objetivos humanitarios comunes.
- Mejor preparación: La capacidad de la red para identificar, rastrear y actuar sobre riesgos y oportunidades emergentes en anticipación se mejorará significativamente. La capacidad de agilidad y de planificar para una adaptación estratégica constante e inmediata es esencial.
- Resultados de desarrollo sostenible: Los esfuerzos humanitarios de las Sociedades Nacionales contribuirán a objetivos de desarrollo sostenible más amplios, incluyendo la reducción de la pobreza, la mejora de los resultados de salud y una mayor equidad social.
«Construir resiliencia no es una opción; es una necesidad. Requiere un liderazgo audaz, un pensamiento innovador y un compromiso inquebrantable con la acción colectiva. Si no damos un paso al frente en esto, si permanecemos en nuestro silo de respuesta, no puedo ser más claro en esto, será visto por las generaciones futuras como una abdicación de los principios humanitarios.» – Líder de respuesta a crisis, Sociedad Nacional.
[1]
[2] ifrc.org/sites/default/files/2021-10/IFRC-Displacement-Climate-Report-2021_1.pdf