El futuro de la Cruz Roja y la Media Luna Roja
El desarrollo a pasos agigantados que estamos viviendo en los últimos años debido a los cambios políticos, el avance tecnológico y las alteraciones sociales están poniendo a prueba el sistema humanitario y el progreso de las diferentes comunidades.
Multitud de voces desde distintos puntos del globo plantean la migración y los movimientos de refugiados como uno de los principales problemas de aquí a 2030. Sin embargo, el envejecimiento de la población, el cambio climático o el empobrecimiento de la ciudadanía son cuestiones que se deben tener en cuenta: “La ciudadanía vive con un sentimiento de falta de motivación, de ilusión”, comenta Rubí, voluntaria de Cruz Roja Española.
Como ella, otros voluntarios creen que estas tendencias impactarán de lleno al movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja: “Cruz Roja Española y otras Sociedades Nacionales van a tener que replantearse y reformarse a sí mismas”, señala Ana, otra voluntaria y técnica. Considera que el movimiento se puede quedar atrás si no se actualizan las rutinas de trabajo.
Estas innovaciones del movimiento deben llevar aparejadas una irrupción completa del trabajo con las nuevas tecnologías. La falta de confianza en las instituciones gubernamentales, las nuevas formas de financiación y los problemas crecientes como la brecha digital pueden lastrar el buen funcionamiento de organizaciones como la Cruz Roja. Ante esto, Ana tiene una opinión clara: “Transparencia, transparencia y transparencia: debemos ser claros y contar lo que hacemos”.
Los problemas derivados del cambio climático plantean ser la mayor dificultad que ha enfrentado la humanidad. Los crecientes movimientos migratorios apuntan a que las condiciones meteorológicas tendrán mucho que ver en esta tendencia. Desde algunos sectores y think tank se habla del fenómeno de los refugiados climáticos, personas que se han visto obligadas a abandonar su hogar debido a las catástrofes continúas derivadas del clima (sequías, inundaciones o huracanes entre otros).
El envejecimiento de la población, las pandemias y la proliferación de enfermedades no transmisibles como el cáncer plantean serias dificultades a los desgastados sistemas de salud de muchos países. Esta circunstancia obliga a que la Cruz Roja y la Media Luna Roja adopte una posición crucial. “La prevención sigue siendo la asignatura pendiente. Es la única forma de concienciar a la ciudadanía y salvaguardar algunos problemas de salud”, apunta Ana como posible solución.
Por tanto, las estrategias que debe desarrollar el movimiento de la Cruz Roja y la Media Luna Roja ante los próximos años son una mayor transparencia, lo que aumentaría la participación en la organización; una mayor incidencia en las concienciación ciudadana sobre la prevención de los problemas de salud y la migración, que es crucial para lograr la estabilidad de las sociedades más frágiles; y una implementación mayor de las nuevas tecnologías en las rutinas de trabajo.