5 Desafíos globales
7 transformaciones
Estrategia 2030: Una plataforma para el cambio
La Estrategia 2030 constituye la materialización de esta perspectiva de larga data que, además, desarrolla con el fin de velar por que las organizaciones de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja conserven en el presente y en el futuro la pertinencia que tuvieron en el pasado. La Estrategia 2030 trata del cambio y de cambiar no apenas lo que hacemos, sino nuestra manera de hacerlo, de modo que estemos en aún mejores condiciones de acompañar a las personas y favorecer el fortalecimiento de su resiliencia. Trata tanto de los cambios que transforman el mundo como de aquellos que depara el futuro. Observa los cambios como fuente tanto de peligros como de oportunidades para la humanidad y como raíz de profundas transformaciones de la naturaleza de la vulnerabilidad y quienes la padecen, los motivos que la suscitan, los lugares donde ocurre y la duración de contextos de vulnerabilidad. Se reconoce la necesidad de nuevos enfoques ante los persistentes cambios que imponen pesadas cargas en las poblaciones del mundo a las que se suman nuevos retos de reciente data. También es una estrategia de esperanza y confianza en el poder de la humanidad para movilizarse por el bien e impulsar un cambio positivo.
Propone cambios incrementales sustentadas en el mandato y las significativas fortalezas de las Sociedades Nacionales, así como transformaciones que nos interpelan a trascender el status quo en nuestra reflexión. La Estrategia 2030 aporta una guía para que las Sociedades Nacionales y la secretaría edifiquen sobre la labor realizada en el pasado y logren una mayor conexión, agilidad y dinamismo de manera que estén en mejores condiciones de asumir los retos que plantea el nuevo decenio y en años subsiguientes con el fin de velar por que las personas vulnerables no queden rezagadas y que las bondades de un mundo próspero y sustentable redunden en beneficio de todos. La Estrategia 2030 pretende guiar a las Sociedades Nacionales y a su secretaría para que se basen en lo que ha funcionado en el pasado para estar más conectadas, ser más ágiles y dinámicas, y estar mejor preparadas para afrontar los retos de la próxima década y más allá, para garantizar que los más vulnerables no se queden atrás y que los beneficios de un mundo próspero y sostenible sean percibidos por todos.
Los cambios delsiglo XXI son complejos y están interrelacionados. Las consecuencias del cambio climático ya son una realidad para millones de las personas más vulnerables del mundo. Si bien la tecnología ha favorecido un grado de conexión sin igual, en muchos países las sociedades ya sea se han tornado – o corren el riesgo de tornarse – más divididas y menos inclusivas. Se observa un aumento de la intolerancia, las expresiones y delitos de odio. Existe una mayor expectativa de responsabilidad y transparencia por parte de los dirigentes.
Muchas personas exigen ser incluidas y esperan que se reconozca su presencia y su voz. La tecnología ha contribuido a que el mundo esté más conectado que nunca pero, en muchos países, las sociedades se están volviendo -o corren el riesgo de volverse- más fracturadas y menos inclusivas. Sin embargo, en muchos lugares del mundo se agudiza la desigualdad y la concentración del dinero y del poder en manos de pocos. Ello ha redundado en una aparente pérdida de confianza en las instituciones y en el recurso a la acción ciudadana directa a través de movimientos sociales. La Federación Internacional se encuentra en un momento de la historia en la el cual su labor es más importante que en ninguna otra época. Le incumbe la responsabilidad de utilizar de manera eficiente sus recursos y su radio de acción. Para lograrlo, necesita prestar oídos atentos, reflexionar y estar dispuesta tanto a actuar de manera diferente como a adaptarse con el transcurso del tiempo. La función rectora y la adopción de decisiones debe delegarse en el nivel local más cercano – en las comunidades, los voluntarios, las Sociedades Nacionales que intervienen ante emergencias y prestan asistencia ante las necesidades cotidianas, para así velar por que estas últimas estén realmente en condiciones de atender en todo momento a las necesidades de las comunidades de sus respectivos países. Como resultado, muchas personas parecen estar perdiendo la confianza en las instituciones y están emprendiendo acciones directas a través de los movimientos sociales.
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En el próximo decenio se debe fomentar y transformar la colaboración en calidad de red. Es necesaria una reflexión que trascienda los confines del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (Movimiento) en busca de asociaciones con otros agentes. En ciertos casos ello requerirá demostrar liderazgo mientras que, en otros, supondrá la disponibilidad para sumar nuestros esfuerzos a los de otros y la voluntad de colaboración con un abanico más amplio de asociados para hacer frente a problemas complejos. Esas nuevas asociaciones – internas y con el resto del mundo – deberá reposar sobre la base de la confianza mutua. La confianza es un elemento fundamental en nuestra labor, nos permite acercarnos a comunidades aisladas y marginalizadas a las que la mayoría de las organizaciones no tiene acceso, Con el fin de preservar y fomentar esa confianza, debemos demostrar transparencia y responsabilidad en toda acción ante las comunidades, los asociados, los donantes, el público e internamente. Nos incumbe observar de manera constante las más elevadas normas de integridad, rendición de cuentas, apertura y sincera reacción con respecto a los procesos, resultados, decisiones, e incluso los errores, de la organización y sus miembros. Los dirigentes de estas deben encarnar los principios que son fuente de inspiración institucional y promover mentalidades culturales respetuosas y solidarias que se enriquezcan y se enorgullezcan de la diversidad y que favorezcan la inclusión de las mujeres y demás personas en condiciones de equidad.
Se perfeccionarán las estrategias para la inversión en el fomento de aptitudes de dirección en los planos local, nacional, regional y mundial. In the coming decade, we need to develop and transform how we work as a network. Replantearemos la labor con los voluntarios y por conducto de estos. Somos una organización eminentemente sustentada en el servicio voluntario que representa tanto el modelo como la esencia ética de la institución. El enfoque continuará centrado en la atención y el fomento de un dedicado cuerpo de voluntarios que emane de las comunidades y goce con difundida presencia en los países y las regiones.
Estas nuevas asociaciones -entre nosotros y con el resto del mundo- deben basarse en la confianza mutua. La confianza es fundamental para nuestro trabajo: es la razón por la que podemos llegar a comunidades marginadas y aisladas que la mayoría de las organizaciones y redes no pueden. En decenio que se avecina, deberemos fortalecer las asociaciones con los gobiernos y los responsables de la adopción de decisiones, entre otros, a través de nuevos cauces que permitan aprovechar el privilegio, los deberes y responsabilidades conexos a nuestra función en calidad de auxiliares de los poderes públicos. Nuestra habilidad para ejercer influencia sobre los gobiernos y otros asociados requerirá también, en determinadas circunstancias, posiciones firmes sobre temas controvertidos que afecten a la humanidad. Cabe reconocer que para ello será necesario hacer gala de perspicacia, perspectiva de futuro y destinar inversión a “laboratorios” experimentales y de innovación de los que puedan surgir ideas creativas de éxito que puedan ser incorporadas en la corriente principal de la labor.
Somos conscientes de que, en un mundo tan dinámico, será esencial contar con la capacidad para aprovechar las oportunidades. También existe la firme determinación de una constante transformación digital destinada a favorecer la adquisición y la difusión de conocimientos e información, y la acción acorde con el siglo XXI, así como el aprovechamiento
de los adelantos tecnológicos, sin olvidar los nuevos riesgos que traen aparejados. Por último, nuestra capacidad para salir
airosos ante los desafíos mundiales del siguiente decenio dependerá de la habilidad para movilizar También nos comprometemos a una transformación digital continua para facilitar el aprendizaje colectivo, la inteligencia y la acción para el sigloXXI, y para aprovechar los avances de la tecnología al tiempo que abordamos los nuevos riesgos que surgen de ella.
Por último, nuestra capacidad para hacer frente a los retos mundiales de la próxima década dependerá de nuestra habilidad para movilizar nuevos recursos procedentes de un grupo más diverso de socios. Ello, requerirá, una vez más, cambios en las modalidades de trabajo.
Estrategia 2030: Una plataforma para el cambio
La Estrategia 2030 constituye la materialización de esta perspectiva de larga data que, además, desarrolla con el fin de velar por que las organizaciones de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja conserven en el presente y en el futuro la pertinencia que tuvieron en el pasado. La Estrategia 2030 trata del cambio y de cambiar no apenas lo que hacemos, sino nuestra manera de hacerlo, de modo que estemos en aún mejores condiciones de acompañar a las personas y favorecer el fortalecimiento de su resiliencia. Trata tanto de los cambios que transforman el mundo como de aquellos que depara el futuro. Observa los cambios como fuente tanto de peligros como de oportunidades para la humanidad y como raíz de profundas transformaciones de la naturaleza de la vulnerabilidad y quienes la padecen, los motivos que la suscitan, los lugares donde ocurre y la duración de contextos de vulnerabilidad. Se reconoce la necesidad de nuevos enfoques ante los persistentes cambios que imponen pesadas cargas en las poblaciones del mundo a las que se suman nuevos retos de reciente data. También es una estrategia de esperanza y confianza en el poder de la humanidad para movilizarse por el bien e impulsar un cambio positivo.
Propone cambios incrementales sustentadas en el mandato y las significativas fortalezas de las Sociedades Nacionales, así como transformaciones que nos interpelan a trascender el status quo en nuestra reflexión. La Estrategia 2030 aporta una guía para que las Sociedades Nacionales y la secretaría edifiquen sobre la labor realizada en el pasado y logren una mayor conexión, agilidad y dinamismo de manera que estén en mejores condiciones de asumir los retos que plantea el nuevo decenio y en años subsiguientes con el fin de velar por que las personas vulnerables no queden rezagadas y que las bondades de un mundo próspero y sustentable redunden en beneficio de todos. La Estrategia 2030 pretende guiar a las Sociedades Nacionales y a su secretaría para que se basen en lo que ha funcionado en el pasado para estar más conectadas, ser más ágiles y dinámicas, y estar mejor preparadas para afrontar los retos de la próxima década y más allá, para garantizar que los más vulnerables no se queden atrás y que los beneficios de un mundo próspero y sostenible sean percibidos por todos.
Los cambios delsiglo XXI son complejos y están interrelacionados. Las consecuencias del cambio climático ya son una realidad para millones de las personas más vulnerables del mundo. Si bien la tecnología ha favorecido un grado de conexión sin igual, en muchos países las sociedades ya sea se han tornado – o corren el riesgo de tornarse – más divididas y menos inclusivas. Se observa un aumento de la intolerancia, las expresiones y delitos de odio. Existe una mayor expectativa de responsabilidad y transparencia por parte de los dirigentes.
Muchas personas exigen ser incluidas y esperan que se reconozca su presencia y su voz. La tecnología ha contribuido a que el mundo esté más conectado que nunca pero, en muchos países, las sociedades se están volviendo -o corren el riesgo de volverse- más fracturadas y menos inclusivas. Sin embargo, en muchos lugares del mundo se agudiza la desigualdad y la concentración del dinero y del poder en manos de pocos. Ello ha redundado en una aparente pérdida de confianza en las instituciones y en el recurso a la acción ciudadana directa a través de movimientos sociales. La Federación Internacional se encuentra en un momento de la historia en la el cual su labor es más importante que en ninguna otra época. Le incumbe la responsabilidad de utilizar de manera eficiente sus recursos y su radio de acción. Para lograrlo, necesita prestar oídos atentos, reflexionar y estar dispuesta tanto a actuar de manera diferente como a adaptarse con el transcurso del tiempo. La función rectora y la adopción de decisiones debe delegarse en el nivel local más cercano – en las comunidades, los voluntarios, las Sociedades Nacionales que intervienen ante emergencias y prestan asistencia ante las necesidades cotidianas, para así velar por que estas últimas estén realmente en condiciones de atender en todo momento a las necesidades de las comunidades de sus respectivos países. Como resultado, muchas personas parecen estar perdiendo la confianza en las instituciones y están emprendiendo acciones directas a través de los movimientos sociales.
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En el próximo decenio se debe fomentar y transformar la colaboración en calidad de red. Es necesaria una reflexión que trascienda los confines del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (Movimiento) en busca de asociaciones con otros agentes. En ciertos casos ello requerirá demostrar liderazgo mientras que, en otros, supondrá la disponibilidad para sumar nuestros esfuerzos a los de otros y la voluntad de colaboración con un abanico más amplio de asociados para hacer frente a problemas complejos. Esas nuevas asociaciones – internas y con el resto del mundo – deberá reposar sobre la base de la confianza mutua. La confianza es un elemento fundamental en nuestra labor, nos permite acercarnos a comunidades aisladas y marginalizadas a las que la mayoría de las organizaciones no tiene acceso, Con el fin de preservar y fomentar esa confianza, debemos demostrar transparencia y responsabilidad en toda acción ante las comunidades, los asociados, los donantes, el público e internamente. Garantizar que las Sociedades Nacionales sean realmente capaces, en todo momento, de responder a las necesidades de sus propias comunidades, el liderazgo y la toma de decisiones deben pasar al nivel más local – a las comunidades, los voluntarios, las unidades locales y las Sociedades Nacionales que responden a las emergencias y a otras necesidades cotidianas. Los dirigentes de estas deben encarnar los principios que son fuente de inspiración institucional y promover mentalidades culturales respetuosas y solidarias que se enriquezcan y se enorgullezcan de la diversidad y que favorezcan la inclusión de las mujeres y demás personas en condiciones de equidad.
Se perfeccionarán las estrategias para la inversión en el fomento de aptitudes de dirección en los planos local, nacional, regional y mundial. La atención estará centrada en velar por la existencia de órganos de gobierno y de dirección altamente eficaces, guiados por principios y capaces de encabezar iniciativas y organizaciones contemporáneas de manera congruente con nuestros valores y principios humanitarios. Replantearemos la labor con los voluntarios y por conducto de estos. Somos una organización eminentemente sustentada en el servicio voluntario que representa tanto el modelo como la esencia ética de la institución. El enfoque continuará centrado en la atención y el fomento de un dedicado cuerpo de voluntarios que emane de las comunidades y goce con difundida presencia en los países y las regiones.
Estas nuevas asociaciones -entre nosotros y con el resto del mundo- deben basarse en la confianza mutua. La confianza es fundamental para nuestro trabajo: es la razón por la que podemos llegar a comunidades marginadas y aisladas que la mayoría de las organizaciones y redes no pueden. En decenio que se avecina, deberemos fortalecer las asociaciones con los gobiernos y los responsables de la adopción de decisiones, entre otros, a través de nuevos cauces que permitan aprovechar el privilegio, los deberes y responsabilidades conexos a nuestra función en calidad de auxiliares de los poderes públicos. Nuestra habilidad para ejercer influencia sobre los gobiernos y otros asociados requerirá también, en determinadas circunstancias, posiciones firmes sobre temas controvertidos que afecten a la humanidad. Cabe reconocer que para ello será necesario hacer gala de perspicacia, perspectiva de futuro y destinar inversión a “laboratorios” experimentales y de innovación de los que puedan surgir ideas creativas de éxito que puedan ser incorporadas en la corriente principal de la labor.
Somos conscientes de que, en un mundo tan dinámico, será esencial contar con la capacidad para aprovechar las oportunidades. También existe la firme determinación de una constante transformación digital destinada a favorecer la adquisición y la difusión de conocimientos e información, y la acción acorde con el siglo XXI, así como el aprovechamiento
de los adelantos tecnológicos, sin olvidar los nuevos riesgos que traen aparejados. Por último, nuestra capacidad para salir
airosos ante los desafíos mundiales del siguiente decenio dependerá de la habilidad para movilizar nuevos recursos de un grupo
más diversos de asociados. Ello, requerirá, una vez más, cambios en las modalidades de trabajo.
felicitar, primeramente por los 100 años de intervención humanitaria, compartirles también mi experiencia diseñando o proponiendo ideas innovadora para desarrollar proyectos comunitarios en mi seccional Guajira, los cuales han sido muy exitosos, donde prima las herramientas desde la lúdica, la música, el teatro para orientar , sensibilizar o educar en cualquier tema institucional o de interés comunitario, hace 16 años hago parte del movimiento, de los cuales 15 años, han sido de crear e implementar ideas en mi seccional y en la sociedad nacional de la Cruz Roja Colombiana, con un poco de tristeza veo este tipo de convocatorias al igual que otras muchas en el movimiento, donde nunca puedo ni he podido participar (a pesar de pertenecer a la agrupación JUVENTUD
de la Cruz Roja Colombiana a la cual ingresé teniendo 29 años) porque ya no cumplo con la edad que piden en los concursos y así poder dar a conocer mis ideas y proyectos creativos para llevar y desarrollar la misión humanitaria a las comunidades vulnerables.
excelente espacio para motivar y estimular a los miembros y jóvenes del movimiento a innovar en la forma de llegar y veneficiar a las comunidades vulnerables
les deseo el mayor de los éxitos
Hola Nicolás estaría muy interesante poder compartir una charla contigo, soy parte de Cruz Roja Colombiana también.
Te dejo mi correo [email protected]
Espero tu correo
Excelente enfoque, para estos diez año tomando la continuidad de las grandes participaciones en los temas de cambio climático, salud y migración. los temas de desastres son los acciones que crean actores (vulnerables y marginados) que debemos minimizar en el mundo. Hay que aplaudir y seguir esta metas de compromisos en cada una de las sociedades de nuestro movimiento.